Tú que estabas siempre allí cuando más lo necesitaba
Tú que me dabas la mano cuando me veías caer
Tú que me hacías reír cuando la tristeza me abrazaba
Tú eras quien me hablaba cuando no quería escuchar
Y ahora que no estás sólo puedo recordar
Te fuiste y yo no te dije
Gracias por caminar conmigo
Gracias por ser siempre mi abrigo
Gracias por escucharme, aconsejarme y acompañarme
Retrocedería el tiempo sólo para decirte gracias.
Tú que me ofrecías tu hombro cada vez que yo lloraba
Tú me aconsejabas sobre lo que estaba bien o estaba mal
Tú que conocías lo que a mí me disgustaba
Tú no pedías nada a cambio por las cosas que me dabas
Y ahora que no estás sólo puedo recordar
Te fuiste y yo no te dije
Gracias por caminar conmigo
Gracias por ser siempre mi abrigo
Gracias por escucharme, aconsejarme y acompañarme
Retrocedería el tiempo sólo para decirte gracias.
Sólo le pido a Dios una oportunidad
Que me permita verte y descansar por no haberte dicho
Gracias por caminar conmigo
Gracias por ser siempre mi abrigo
Gracias por escucharme, aconsejarme y acompañarme
Retrocedería el tiempo sólo para decirte gracias.
martes, 6 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario